Desde luego que hay preguntas que son fáciles de responder y otras que no. De hecho, hay preguntas que son difíciles de responder pero que se responden de una manera fácil y otras que se responden fácilmente de una manera difícil. De hecho, yo me contesto a mí mismo con una facilidad fuera de lo común con las respuestas más complicadas que yo pueda imaginar a las preguntas más absurdas que yo mismo me pueda hacer.
En fin, voy a ir al grano, que el tiempo vale más que el oro (eso ya lo dije), y voy a intentar contestarme vía “mi blog” a las preguntas que me hago. Pero no sin antes decir que lo que ya me preguntaba hace aproximadamente una semana me lo han preguntado en mi desastrosa presentación de la Magisterarbeit. De hecho, la pregunta que mi hicieron (Gracias Daniel) es a la vez la contestación a la elección de los dos novelones o novelazas del amigo Roberto para aplicar el principio dilógico del amigo Miguel (Bajtín para los no tan amigos). Y es que dos días más tarde de preguntarme la elección (que la hice por mera intuición) y no poderme responder, sí que lo conseguí cuando la pregunta vino de una boca que no era la mía: afirmé que son las novelas que más técnicas narrativas parecidas tienen en la obra de Bolaño. Toma.
Si eso es cierto o no, me gustaría saberlo, pues hasta el momento aún me faltan varios libros (entre ellos novelas) del autor por leer (Y no, no he leído todo de Bolaño). Pero he vuelto a releer varios de los pasajes que están destinados a meterse dentro del trabajito académico, y ciertamente, muy ciertamente, encuentro puntos, muchos puntos, en común, muy comunes, en la técnica de narración. Qué alegría, me dije. Soy hasta listo,volví a decirme. Y así hasta que empecé a descubrir que algunas – y algunas significan quizás muchas – de las estrategias narrativas, se repiten a menudo en otras de sus novelas, las cuales no las voy a enumerar porque por una parte rompería el principio de solo publicar escritos no académicos y por otra estoy muy harto de la hibridez, la estilización, la parodia, el diálogo interno y las ideologías de las voces, las cuales introduciría aquí al escribir en lenguaje académico, lenguaje que no es otra cosa, que escribir de modo que no se pueda contradecir nada, no caer en falacias pero todo el mundo las comente (NO confundir con nada!) y que sea difícil de entender por los que no son académicos y por los que sí lo son.
Ya tengo lo que quería y lo que no. “Mis” dos novelas se parecen mucho, pero también se parecen a las otras en algo, tirando a mucho. Creo que incluso también a las otras, las que no he leído. Eso sí, en longitud no se les parecen, y así se hagan la cirugía estética, tampoco en la estructura. Por lo visto, ya tengo alguna pista que seguir, o seguir siguiendo. Así que, manos a la obra y seguir honrando el oficio de detective. (Ahora me voy de nuevo al lugar del crimen - o sea, a las dos novelas -, vuelvo en unos días y os cuento – o mejor me cuento - el miedo que da).
estoy de Bajtín y de bajtinadas hasta el gorro :( por lo demás, sigues igual de esquizofrénico que siempre... :)(A.)
ResponderEliminartienes toda la boca llena de razon !!!
ResponderEliminarOye, no sé si te referirás a mi, por lo de (Gracias Daniel). Yo soy el canario, pero no me acuerdo de haberte preguntado sobre técnicas narrativas. Más bien, pienso que nunca he empleado esa expresión. Y eso que se supone que soy estudiante de filología. Si piensas que fui yo, creo, más bien, que lo sonhaste y que todo ingenio (aunque me considere buenísmo haciendo preguntas) provenga de ti, aunque no lo sepas y nunca lo sabrás. Si ves a Bajtín en tus suenhos, dale un saludo.
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